Por primera vez en 131 años, Coca-Cola utiliza su icónica caligrafía spenceriana para algo más que su logo.
En septiembre de este año, en respuesta a una encuesta hecha vía correo postal en Australia acerca del matrimonio igualitario, Coca-Cola lanzó una edición limitada de latas que representan el amor del mundo en la célebre tipografía de la gaseosa, junto con dos corazones y un arcoíris de color.
“La palabra ‘amor’ es reflejo de nuestros valores fundamentales. Si alguna vez debíamos experimentar con la caligrafía spenceriana, este es el momento de hacerlo”, dijo James Sommerville, Vicepresidente de Diseño Global de Coca-Cola, quien ayudó a conceptualizar estas latas.
Una historia de amor
Al observar la palabra amor tal como aparece en estas latas, Sommerville puso foco en lo que él llama la “anatomía de su tipografía”. “La forma en la que las letras fluyen parece darles un toque tierno, una construcción amorosa, ya que ha sido prácticamente escrita a mano, como una historia de amor”, explicó.
Fieles a la experiencia de Coca-Cola, los corazones incrustados dentro de la tipografía dan una sensación de sorpresa que podría no notarse a simple vista. Uno de ellos tiene un arcoíris, y así la lata puede contar una historia del orgullo LGBT, así como también puede expresar cualquier otra historia de amor.
Es una extensión de la declaración de la Compañía, “No importa quién seas o a quién amás, todas las parejas deben recibir el mismo trato”.
Esta no es la primera manifestación de Coca-Cola en apoyo al amor. El cartel de Kings Cross de Coca-Cola en Australia ya lucía la bandera del arcoíris. Los anuncios publicitarios de Coca-Cola no sólo han sido inclusivos de la comunidad LGBTQ, sino de celebración. La Compañía es un orgulloso patrocinador, y la Human Rights Campaign Foundation elogia de manera consistente sus prácticas igualitarias LGBTQ en el lugar de trabajo.
Junto con el lanzamiento de las latas, la Compañía celebró su compromiso con la inclusión con estas palabras: “Coca-Cola cree en el poder de unir a las personas. Ya sea en la lucha por los Derechos Humanos en los Estados Unidos en la década de 1960 o con un grupo de jóvenes de diversas naciones en la cima de una colina en Italia en 1971, en todo el mundo siempre hemos defendido la diversidad, la inclusión y la igualdad”.
Al considerar esta historia de inclusión y el diseño de las latas de amor, el ojo de Sommerville se enfocó justo debajo del borde superior, que dice, clásica.
La combinación de estas palabras con ‘amor’ le dan a Sommerville un gran orgullo. “Hemos estado escribiendo historias clásicas de amor desde 1886 y esto solo agrega otro capítulo a esa herencia de gran narración”, señaló.
Una historia de innovación empresarial
Una vez anunciado que se pondría en marcha la encuesta vía correo postal, James Sommerville y su colega Rapha Abreu, Director de Diseño de Identidad Visual Global, se pusieron en acción para crear las latas.
Dos días después, los diseños fueron elaborados y aprobados. Nueve días después, con la colaboración del equipo local, las latas estaban en manos de los australianos. Esto fue un esfuerzo de colaboración interna entre Coca-Cola Australia y el Equipo de Legales, Marca y Diseño Global con sede en Atlanta, una “historia de amor” promovida por la colaboración interdisciplinaria en distintas zonas horarias. “Estas latas son un gran ejemplo de lo que podemos hacer con rapidez en dos mercados diferentes dando como resultado algo mágico”, señaló Sommerville. “Esta forma de trabajar representa una nueva era y una nueva metodología de diseño iterativo para la organización, aún en nuestro envase más prestigioso”.
Reconoció además el mérito de sus colegas de Australia por su pensamiento progresista en cuanto a la exploración de nuevas ideas. Entre otras estrategias de marketing innovadoras, el concepto de Compartí una Coca-Cola que permite a los consumidores personalizar sus envases de Coca-Cola con sus propios nombres, se originó en Australia. Con esa campaña, el equipo de diseño desarrolló una tipografía inspirada en la caligrafía spenceriana para preservar la equidad del logo de la marca Coca-Cola tal como ha sido conservada por más de 130 años.
Pero para esta historia de amor, valía la pena inclinar por primera vez la tipografía de la firma.
Deja una respuesta